El sector financiero está sometido actualmente a un nivel de innovación y disrupción como nunca ha habido en la historia de dicha industria. Tanto la banca tradicional como el sector conocido como fintech, junto con otros operadores como las grandes empresas tecnológicas, están compitiendo por capturar el enorme potencial que la combinación de finanzas y tecnología puede dar. De esta innovación surgen aplicaciones como los robo-advisors o los pagos inmediatos, nuevos modelos de negocio como el crowdfunding o los neobancos, tecnologías como blockchain o la inteligencia artificial e incluso propuestas que pueden modificar profundamente la industria como las criptomonedas o las finanzas descentralizadas.
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