Las tierras raras se han puesto de moda recientemente. Los principales motivos son su creciente demanda, sus aplicaciones en nuevas industrias como el coche eléctrico y la energía eólica, y su relativa abundancia en China respecto a otros países, lo que hace que el gigante asiático tenga una posición preeminente en este mercado. Seguidamente analizamos estos fenómenos y su implicación en el minúsculo pero boyante sector de empresas cotizadas que explotan estos metales. Veremos que constituyen una oportunidad pero su peso bursátil es muy escaso y no afectan la marcha de los mercados.
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