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Ahorro, el gran perdedor de la situación inflacionista


User 25 noviembre, 2021

Noticias económicas

Esta semana The Economist titulaba una noticia con «La inflación americana: ¿un fenómeno global o un dolor de cabeza creado por nosotros?» y añadía que «Está mal negar que los estímulos fiscales y monetarios han ayudado a causar el problema». Cabe subrayar que el índice de precios al consumo (IPC) norteamericano alcanzó el 6,2% el pasado mes de octubre, el peor dato desde el año 1990. Además, la inflación subyacente, es decir excluyendo los elementos más volátiles como la energía y los alimentos sin elaborar, fue del 4,6%. Cifras, sin duda alarmantes, que invitan a pensar que la inflación podría no tener un carácter transitorio. Por su parte, en España, el IPC general sigue los pasos del índice en Estados Unidos, llegando al 5,4% el pasado octubre.

A esta situación inflacionista se le une que los tipos de interés están en niveles muy bajos, inclusive negativos, con lo que la retribución real por el ahorro es negativa, y muy inferior a la inflación, penalizando así a los ahorradores. El ahorro y la generación de patrimonio, que desde el IEF consideramos que ha de ser diversificado -inmuebles, acciones, bonos, divisas…-, son necesarios para que los individuos y las familias dispongan de seguridad financiera futura, más si tenemos en consideración que, últimamente, las crisis -financiera/inmobiliaria y Covid- se han sucedido una a otra-. El ahorro no evita que haya situaciones complicadas, pero favorece que podamos afrontarlas.

Esta coyuntura inflacionista y de penalización del ahorro, que favorece el endeudamiento y el gasto, podría empezar a frenarse si, tanto el Banco Central Europeo como el norteamericano (Fed), subieran los tipos de interés y disminuyeran los estímulos monetarios. En este sentido, los expertos del IEF consideramos que la receta de subir tipos es factible para controlar la inflación, pero es una actuación con efectos secundarios adversos como mayores cargos para los endeudados y por supuesto la contracción de la economía.

No va a haber solución fácil ni rápida para los ahorradores que invierten con riesgo escaso, más que convencerse que va a ser más necesario que nunca incorporar riesgos en nuestro patrimonio invertido en busca de alguna rentabilidad.

Nos situamos pues en una etapa en la que inevitablemente veremos tensión entre los partidarios de evitar la inflación a toda costa (el nuevo gobierno además presionará y los que, por su mayor déficit y endeudamiento, como España, no querrán oír hablar de ninguna subida de tipo.  El BCE en Europa y la Reserva Federal tendrán la palabra.