El COP26 y la financiación de la transición energética
4 noviembre, 2021
La ciudad de Glasgow se ha convertido en el centro geográfico del debate mundial sobre la lucha contra el cambio climático. La urbe escocesa acoge hasta el 12 de noviembre la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas COP26 con un objetivo principal: frenar las consecuencias del calentamiento global.
Desde el IEF nos preocupa, y mucho, cómo financiar la transición energética, factor crítico para descarbonizar las economías del mundo y evitar así la emisión de los gases de efecto invernadero, actores insignes del mencionado calentamiento.
Por un lado, y desde un prisma macroeconómico, el Green Deal de la UE o Pacto Verde Europeo y los compromisos que adopten los «titanes» del PIB global, como son Estados Unidos y China, van a constituir elementos clave para esta financiación. De hecho, el World Economic Forum destacaba en un tuit que junto a los norteamericanos están realizando unos primeros movimientos de coalición con los 8 mayores sectores económicos responsables de un 30% de las emisiones planetarias. También cabe añadir que países con un PIB mucho más modesto como España han anunciado que ayudarán monetariamente a los países más pobres a realizar su transición energética. En particular, el presidente español Pedro Sánchez ha mencionado durante la COP26 que dedicará 1.350 millones de euros anuales a este fin a partir del 2025.
Por otro lado, y considerando el vértice microeconómico, las decisiones que tomen los inversores en materia de lucha contra el cambio climático también configurarán un núcleo que afectará de forma directa a la financiación de la transición energética. Estamos hablando del peso de lo que se ha denominado Inversión Socialmente Responsable y que cumple con los criterios ESG, que se refieren a factores ambientales, sociales y de gobierno corporativo que se tienen en cuenta en el momento de invertir. Aquí la gran pregunta, y de la que se generan dudas razonables, será la taxonomía, es decir los criterios determinantes, para que un proyecto sea considerado verde antes de aplicar la inversión.
